JUEGOS PARA AYUDAR A DORMIR A NIÑOS
Son recomendables para para niños a partir de 5 años, no obstante, dependerá de las habilidades y capacidades de cada uno.
a) Aprender a respirar profundamente: “Burbujas”
Juego sencillo y efectivo para fomentar el aprendizaje de la respiración profunda en los niños. En muchas situaciones, resulta todo un reto explicar a los niños la forma adecuada de respirar cuando se encuentran excitados. Sin embargo, mediante este juego, el concepto se presenta de manera clara, ya que si exhalas muy fuerte, las burbujas no se forman. Dado que el objetivo es generar burbujas, los niños están ansiosos por aprender trucos, y no hay truco mejor que indicarles que al respirar profundamente y expulsar el aire lentamente lograrán producir burbujas más grandes. Incluso se puede organizar un concurso para ver quién puede crear la burbuja más grande junto con ellos.
b) Relajarse con la visualización: "Aventuras Relajantes"
Jugar a cerrar los ojos acostados en la cama y, durante este proceso, sugerir aventuras relajantes: Puedes imaginar que eres un pájaro, extendiendo los brazos mientras vuelas en un cielo azul, sintiendo la suave brisa en tu rostro... O visualízate como un barco navegando por los mares, percibiendo el suave vaivén de las olas y cómo el tronco se balancea de un lado a otro... O transformarte en un globo, comenzando a inflarte al tomar aire, sintiendo cómo tus pulmones se llenan y tu abdomen se expande; luego, exhala el aire gradualmente.
El propósito del juego es que, al escuchar la aventura, el jugador estire de manera gradual alguna parte de su cuerpo (ya sea brazos, tronco, piernas, etc.) sin movimientos bruscos, realizando movimientos suaves, o bien, respire profundamente. Incluso para niños pequeños, se puede hablar de irse despidiendo de diferentes partes del cuerpo como parte de la actividad.
c) Relajación progresiva: "Tormenta Nocturna"
El propósito del juego es que, al acercarse el momento de dormir del niño, que suele ser un período de gran actividad, imite una tormenta. En este momento, puede moverse por la cama, replicando la lluvia y el sonido de los truenos. A medida que avanza, la "tormenta" se disipará gradualmente: las nubes desaparecerán y el niño deberá recostarse, disfrutando del cálido sol y la serenidad que esto conlleva. De esta manera, durante la simulación de la tormenta, realizará movimientos de contracción y distensión, logrando gradualmente calmarse. Porque, como se sabe, después de la tormenta siempre llega la calma.
Para una explicación complementaria, visita el canal Ayudarte Estudio de Psicología.
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